

Hablar de Restaurante Gardylafquén implica un sentido de vida, esfuerzo y perseverancia, familia, gratitud y Amor a través de la rica gastronomía de nuestro Panguipulli.
Sentido de vida pues este es el sueño de Bernardita Vargas Lafuente, mente y corazón tras las paredes de Restaurante Gardylafquén, que en el año 1996 acepta la posibilidad de instalarse en pleno centro de nuestra ciudad con un proyecto que implica una gran pasión: La Gastronomía.
Para Bernardita no era desconocido este rubro, ya lo había ejercido dentro de Vogue Discoteque y sentía que era el momento de independizarse, poder dedicarse absolutamente con un sello propio que es aclamado hasta el día de hoy.
También debemos pasar por el esfuerzo y la perseverancia. Gardylafquén hace referencia a un nombre en diminutivo, y a Lafquén, lugar de aguas en lengua Mapuzungún que si bien se pensó en honor a la comuna de los Siete Lagos, el terremoto ocurrido el 27 de Febrero de 2010 demostró que efectivamente bajo calle Martínez de Rozas habia un exceso de agua que terminó por hundir y dañar seriamente al local. Sólo se lamentaron pérdidas materiales pues con la entereza de quien con valor vive sus sueños, junto con una profunda fe en Dios, se asumió como una oportunidad de refundar el restaurante con un diseño y construcción totalmente familiar: en las manos de los arquitectos Edgardo Thiele Vargas (hijo de Bernardita) y su esposa Javiera Ramos Gómez.
Durante los 4 meses de reconstrucción Gardylafquen no se detuvo, pues funcionó en un local arrendado en calle Manuel Rodríguez frente a frutería El Competidor, donde se rodeó de toda su clientela que no estaba dispuesta a abandonarlos. El día 1 de Marzo se desarmó el dañado edificio, y el día 31 de Junio se inauguró el moderno y cálido local en el cual funciona alcualmente Restaurante Gardylafquén en calle Martínez de Rosas N°722.
Su dueña, Bernardita Vargas Lafuente, es de naturaleza autodidacta, de esas personas que aprenden gracias a sentirse feliz con lo que hacen. Además trabaja sola en administración y lleva con mucho cariño a sus empleados, con quienes tiene una excelente relación laboral que se traduce en sabores intensos y llenos de buenas vibras. Esto es un logro personal, fruto del esfuerzo, asentado en tierra que heredó de su querida madre.
Quienes conocen este rincón de la buena gastronomía local se sienten profundamente atraídos a regresar, incluso muchos ya son clientes habituales de la casa pues el buen sabor se conserva a pesar que pasen los años.
En Restaurante Gardylafquén usted encontrará encantadoras comidas y bebidas con muchos toques de la zona, garzones atentos, asistencia turística, cariño de hogar, todo acompañado de la sofisticación de nuestro siglo pero conservando la rusticidad de las maderas de nuestros bosques, o la rica cultura Mapuche.
En palabras de su propietaria "Mas que invitar, quiero agradecer a la gente por el tiempo que nos han preferido. Hemos dado lo mejor que tenemos y agradecemos que nos sigan queriendo y visitando"






Restaurante Gardylafquen - Martínez de Rozas N° 722
